
Constantemente veo en las páginas que sigo en Instagram frases que me gustan y que me inspiran en mi día a día. El otro día, en la página de una corredora de maratones que sigo, vi que está atravesando un momento muy duro de salud: sus cuerdas vocales están dañadas y, tras muchas operaciones, no ha podido recuperar su voz, sin certeza de qué va a pasar. No sabe cuándo podrá volver a hablar ni a correr esos maratones en los que parecía invencible y la persona más saludable.
Esto me llevó a reflexionar: muchas veces, como adultos, estamos esperando que suceda algo —un cambio de puesto, un viaje, curarnos de alguna enfermedad, divorciarnos, encontrar pareja, comprar una casa— cualquiera de esas metas personales que creemos que necesitamos para ser felices. Pero no nos damos cuenta de que, en esa espera, estamos dejando de vivir un montón de vida, porque nuestra atención está puesta en lograr primero ese objetivo.
Y la verdad es que nadie tiene certeza de que realmente lo vamos a lograr, ni de que mañana estaremos aquí viviendo nuestra vida. Lo único seguro es que estamos en este momento, atravesando esta situación actual, con deseos de que llegue algo. Y muchas veces nos olvidamos de vivir el ahora y disfrutar las pequeñas cosas que nuestra realidad nos ofrece en este instante. Así se nos pueden escapar mil momentos de gozo con nuestra familia, amigos o hijos, mientras estamos ansiosos por lo que no tenemos.
Creo que hay mucha vida en medio del caos que estamos atravesando, y depende de nuestra perspectiva si queremos vivirla o sufrir esperando que eso que deseamos llegue. Está en nosotros decidir soltar el control, confiar en que las cosas sucederán como deben y enfocarnos en el aquí y el ahora, que es lo único que realmente tenemos.
Hoy te quiero decir que, si estás viviendo estas épocas de festividades esperando que pase algo, mejor cambia tu enfoque: vive lo que estás experimentando en este mismo instante y agradece por lo que tienes en la vida real, aunque a veces parezca poca cosa.

Deja un comentario