
Durante todo mi proceso, he decidido dejar en manos del universo las señales que me indiquen qué aspectos de mi vida debo trabajar en cada momento que estoy viviendo. En este instante, a solo días de mi segunda quimioterapia, tomé la decisión de trabajar con una terapeuta especializada en biodescodificación del cuerpo. Quería comprender el mensaje emocional que mi cuerpo me estaba enviando y, desde ahí, sanar y trabajar en la parte del alma. A través de la constelación, comenzaría a interpretar el significado de esa lectura corporal para encontrar las raíces emocionales de mi enfermedad.
Si nunca han experimentado este tipo de terapia, se los recomiendo profundamente. Proporciona herramientas poderosas para sanar aquellas heridas inconscientes que se reflejan en el cuerpo físico. Este fue mi primer paso para comprender el significado de los tumores en mi cuerpo, identificar su origen y así poder trabajar en su sanación.
Mi terapeuta realizó una lectura corporal y esto fue lo que descubrimos: tenía un tumor en el pecho izquierdo a la altura de las diez de la mañana, lo que simboliza la represión de sentimientos hacia mi padre para evitar generar conflictos. También presentaba dos tumores en el hígado, que indicaban un resentimiento aprendido de hace mucho tiempo, heredado de mi padre hacia mis abuelos paternos, además de enojo contra mi padre. El cáncer en mi vida era una muestra de lealtad hacia él, quien falleció de cáncer. De alguna forma, mi inconsciente me decía que debía seguir su destino para demostrarle mi amor. Finalmente, tenía un tumor en el hombro izquierdo, relacionado con el momento en que mi padre enfermó. En ese instante, asumí el rol de protectora de mi madre, cargando emocionalmente con su sufrimiento.
Con esta interpretación clara, pasamos a la constelación. Cuando Silvia me explicó el significado de mis tumores, me llené de enojo. Me parecía absurdo que, después de haber trabajado durante toda mi vida la relación con mi padre y su enfermedad, el cáncer en mi cuerpo aún estuviera ligado a él. Sin embargo, con el tiempo, todo comenzó a hacer sentido. Durante los procesos difíciles, nos cuesta tener perspectiva y asumir nuestra responsabilidad en lo que nos ocurre. Pero la sanación implica entender, aceptar y responsabilizarnos de lo que nos corresponde para así trabajar en la armonización de nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestra alma.

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